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Info

Edificio de oficinas en Sarriá, Barcelona

En colaboración con Bonell, Gil y Rius

Finalista de los Premios FAD de arquitectura 2004.

En 1997, cuando el RCD Espanyol de Barcelona abandonó el estadio de Sarrià, la ciudad ganó un extenso espacio que se reconvirtió en un conjunto residencial y de oficinas, de acuerdo con las directrices del Pla General Metropolità (Plan General Metropolitano). Las premisas del proyecto –que redactó el equipo Ribas & Ribas, en colaboración con E. Bonell, J. M. Gil y F. Rius–, eran liberar el máximo de terreno público para conseguir un parque urbano, definir una edificación de viviendas no congestiva, buscar una armonización de las alineaciones, alturas, densidades y distancias con el entorno, y potenciar las conexiones de la zona para conseguir una circulación de peatones y vehículos mejor y más segura. El planteamiento seguía las pautas del urbanismo holandés y no el denso entramado constructivo de Barcelona.

Las oficinas están situadas en dos cuerpos de volúmenes y alturas diferentes, que tienen un tratamiento de fachada común que los unifica con los otros edificios del conjunto. El elemento predominante es el cerramiento vidriado y los remarcados voladizos horizontales, que actúan de protección solar y acústica, y aligeran las dimensiones de los edificios. Las plantas, de configuración básicamente rectangular, son de gran simplicidad y concentran en un punto los servicios y los núcleos de comunicación vertical, a fin de dejar libre una superficie más grande de la planta.

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