La gran expansión turística que vivió Eivissa en los años sesenta del siglo xx supuso la construcción, en la línea costera de la isla, de una serie de hoteles capaces de acoger el aluvión de personas procedentes de todas partes del mundo que llegaban a este enclave del Mediterráneo. La mayor parte de hoteles intentaban incorporar el lenguaje pragmático del racionalismo y a la vez seguir las pautas simples y angulosas de la arquitectura ibicenca. Pocos arquitectos, sin embargo, consiguieron hacerlo como Josep Ribas González, con la colaboración de J. Anglada y D. Gelabert, en el llamado Hotel Helios, situado en Sant Antoni de Portmany, en aquel momento una de las bahías más recónditas del este de la isla.

Se trata de una construcción prácticamente minimalista, despojada de cualquier elemento retórico y claramente definida en su interior y exterior. Los elementos más característicos son un pasillo longitudinal –que distribuye a uno y otro lado las habitaciones, abiertas a través de unas terrazas al mar o al pequeño bosque que rodea al edificio–, un gran vestíbulo con porche cerrado con piedra vista en la planta baja –que aloja salones y comedores con vistas a la piscina y al mar–, y las circulaciones verticales situadas en el centro del inmueble, que lo atraviesan y quedan resguardadas del exterior por unos brise-soleils verticales.

Todos estos rasgos han evitado que el hotel perdiera su personalidad original, a pesar de las diferentes intervenciones realizadas en el edificio con el paso del tiempo.

• Fecha: 1966
• Superficie: n/a m²
• Estado: Completado
• Localización: Ibiza, España