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Viviendas en Can Domenge, Mallorca

En colaboración con Ateliers Jean Nouvel

En el año 2006 el equipo formado por Ateliers Jean Nouvel y Ribas & Ribas ganó un concurso internacional convocado por el Consell de Mallorca para urbanizar Can Domenge, un espacio de unos 10.000 m2 situado en el noroeste de la ciudad de Palma de Mallorca. En todo momento los arquitectos entendieron que era necesario
diseñar un proyecto que respetase “el espíritu del lugar”, teniendo en cuenta las características urbanas e históricas de Palma y las condiciones climáticas y medioambientales de Mallorca.

El conjunto estará formado por 528 viviendas de obra nueva que quedarán integradas en el contexto urbano que lo rodea y tendrá una densidad de residencia equilibrada y personalidad propia. Can Domenge pretende ser una ciudad jardín del siglo xxi, que ofrezca a sus residentes una amplia variedad de servicios, comerciales o de ocio, y viviendas de calidad, distribuidas en tres zonas diferenciadas: la de estar, que da a la fachada anterior, la de servicios y la de descanso, que se abre a la fachada posterior.

Para potenciar esta atmósfera y conferir calidez al conjunto, las fachadas de todos los inmuebles, de tres y cuatro pisos de altura, se tratarán con un estuco de color terroso, recuperando una fórmula autóctona, como también lo es el uso de persianas de listones de madera fijos y orientables, aplicadas tanto a puertas como a ventanas, y también, en este caso en forma de pérgola, en algunas de las calles y terrazas. Unas soluciones que nos llevan a darnos cuenta de que éste, en realidad, es un proyecto que sintetiza elementos de la arquitectura rural, la filosofía de la ciudad jardín y las tipologías combinatorias de la arquitectura moderna. Son casas-apartamentos, jardines- parques, un pueblo dentro de una ciudad, que proponen un modelo de vida que tanto permite a sus habitantes recluirse en la privacidad de su residencia como abrirse a los espacios públicos y a la vida colectiva, ya que por un lado tienen la calidad de servicios que ofrece la ciudad y por otro, la tranquilidad característica de un pueblo.

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